Estamos tan tristemente acostumbrados
a vivir rutinariamente el intenso ritmo que nos va marcando esta exigente
sociedad, que en la mayoría de las ocasiones, nos pasan desapercibidos pequeños
detalles, que hacen que nos olvidemos de las cosas verdaderamente importantes.
Esas pequeñas cosas que forman parte de nuestro día a día, de nuestra convivencia y en definitiva de lo que irá
escribiendo nuestro futuro. Y es solamente cuando te detienes, al visualizar
algo que realmente llama tu atención, cuando logras romper esa rutina, ese
bucle que muchas veces inconscientemente nos hemos autoimpuesto cuando
consigues, ver y entender esas pequeñas cosas que de otra forma no verías. Y es mientras camino temprano entre un fuerte
olor a mar y una brisa fresca por donde unas horas antes estaban muchos de los
vecinos y turistas disfrutando de un ambiente festivo en el que se mezclaba el
contraste de las guitarras, las risas de la gente y el alegre bullicio de la
cola para cambiar los fácus necesarios para poder refrigerar un poco el gaznate,
cuando consigo salir de ese bucle que a muchos a veces nos envuelve, permitiéndome comprender lo que
ha sido verdaderamente importante y aleccionador de este primer festival del
Loro Fácu. Para el que escribe no ha
sido solamente la parte musical ni la variedad de estupendas actividades
planificadas para este exitoso festival, lo que mas le ha impresionado, sino su
parte humana, esa práctica que se fue
diluyendo tristemente en el tiempo y que era utilizada antaño sabiamente por gentes que se juntaban(
por el simple hecho de su amistad, de su convivencia o simplemente porque les
apetecía) para organizar unas fiestas, una romería, “a matanza dun porco”, o
para compartir las arduas tareas en el campo. Esa forma noble y desinteresada
de entender la amistad, fue rescatada del olvido en este festival por un
ejercito multicolor(mayoritariamente amarillo)de colaboradores que fielmente se
dejaron la piel, compartiendo esfuerzo e
ilusión en bloque de forma sincronizada,
haciendo posible el éxito de un evento que por sus propias características,
tenia muchas dificultades en su ejecución. Esa unión o espíritu de todo un
colectivo de jóvenes de distintos idearios, credos y afinidades, remando todos juntos porque les apetecía
hacerlo, simplemente para apoyar la amistad que a todos los une. Fue esa parte
humana lo que mas impresiono al que
escribe, una sublime y ejemplarizante lección de amistad y colaboración que
muchos de nosotros deberíamos de tomar como ejemplo e intentar de paso contagiársela a nuestros representantes políticos, a algunos
de sus fieles, y a muchos de los que a menudo enrocados con sus cansinos apoyos en sus luchas
de poder, tratan de erosionar la
tranquilidad y convivencia de un pueblo, que mayoritariamente solo quiere vivir
en paz.
De las muchas menciones leídas en los
medios sobre “ El Loro Fácu”, hay un párrafo(creo que incompleto), que me llamó
la atención….La capital de la movida estuvo
ayer en Miño.
Los jóvenes están dinamizando ellos solos todo el municipio. Junto a gente como
los de la asociación Submarino se encuentran productores ecológicos de gran
empuje e iniciativa como Cristina Bañobre y ahora también las hermanas
diseñadoras Lúa y Zeltia Mosquera, del Barbazul, que junto a Marta Balado y
Michael Cabana organizaron ayer el singular Festival El Loro Facu, con hasta
quince grupos en cartel. El evento recuerda al loro Facundo, que murió el año
pasado y que conocía todo el pueblo porque hablaba y cantaba.
….creo que incompleto, porque aunque
entiendo que no vendría a cuento por el propio contenido de la noticia, los
vecinos de este municipio tenemos la suerte, el orgullo y el privilegio de
tener otros tantos nombres que evidentemente no pueden salir en este artículo,
pero que destacan en otros tantos campos(facetas culturales, trabajos, hobbies,
música, pintura, arte, innovación, proyectos, ideas o actividades variadas) muchos
de los cuales aunque no salen publicados en los distintos medios de comunicación,
también son merecedores de nuestro reconocimiento, por su buen hacer, su
creatividad o su talento. Todo esto no solo enorgullece a sus protagonistas, a sus amigos y al resto de
sus vecinos, sino que también hace aún mas grande a un pueblo, que esta
necesitado de cariño, por todos sus problemas, su constante ultraje y
desprestigio, mereciéndose que le tengan mucho mas respeto, junto a la necesidad de destacar todo su potencial, su
valía y sus posibilidades, para que pueda
sacudirse de la mierda con la que es salpicado a menudo innecesariamente
por muchos de los que tanto dicen quererlo y cuyas actuaciones (siempre
interesadas) para nada lo benefician. Un pueblo que no debería destacar solamente por la belleza de sus
playas y sus entornos, sino también por
la parte humana de sus gentes, de sus logros, de sus proyectos, demostrando que pueden y saben convivir solidariamente
pese a todas sus diferencias, siendo capaces de trabajar conjuntamente en
proyectos comunes que los beneficien a todos.
Los jóvenes del artículo comentado,
no solo están dinamizando el municipio, sino que con su forma de hacerlo, le
han dado en este caso una sana lección con
su actuación a muchos de los mayores que por su intolerancia y sus pobres
actuaciones pasean casi a diario el
nombre de Miño por distintos medios, por numerosos motivos que poco favorecen a su buen nombre, cuando en
teoría tendrían que ser el espejo (por su experiencia, posición y
responsabilidad), de cómo se deben de hacer las cosas, de cómo se trabaja en
equipo, de cómo obtener objetivos comunes, olvidándose necesariamente para ello
de rencillas, diferencias y posicionamientos, que lo único que consiguen es
empedregar el camino hacia el objetivo. Estos jóvenes con esas mismas
diferencias, diversidades y posicionamientos (que seguro que las tienen) han
sabido estar por encima de todas ellas, demostrando su capacidad, su unión, su
ilusión y su entusiasmo para afrontar sus propios retos, tirando en bloque y a
la vez del mismo carro, sobreponiéndose a todos los imprevistos que fueron
surgiendo y solventando juntos todas las dificultades que se les han ido
presentando, demostrando con todo ello, que también sus ojos han cambiado del
color blanco al amarillo, color con el
cual también han honrado con su incansable
y desinteresado trabajo todos los
colaboradores que han participado y posibilitado la consecución de sus
objetivos.
Evidentemente al final lo han conseguido,
posiblemente atrás quedaran sinsabores y
esfuerzos que se irán diluyendo con el tiempo hasta convertirse en meras
anécdotas, pero la lección a las generaciones superiores esta dada, y son las
que deberían entender que solamente aparcando
nuestras diferencias y estando unidos podremos conseguir cualquier reto que nos
propongamos, por difícil que nos parezca, siempre que lo hagamos unidos.
Estos cuatro amigos, a pesar de su
juventud, no solo han demostrado su capacidad para organizar un complejo y
estupendo festival musical, con múltiples actividades y eventos, sino que tras
su éxito, han sabido demostrar su madurez,
(https://www.facebook.com/Lorofacu/photos/a.1718369885106882.1073741828.1718019658475238/1747804775496726/?type=3&theater )
reconociendo con humildad sus
errores(que también los han tenido) y a su vez agradeciendo no solo a sus
allegados y fieles colaboradores sino a muchos de los que directa o
indirectamente lo hicieron posible y sin cuya colaboración, nada de esto
hubiese existido(entre ellos el ayuntamiento, al que algún conocido disléxico
se ha apurado en tratar de desvincular con su curiosa y “desinterpretativa” lectura).
Este festival ha sido para el que escribe mucho mas que una simple fiesta o aventura de verano de cuatro amiguetes, ha
sido la culminación de un reto, de un visionario sueño o complejo proyecto que durante un par de días ha dinamizado la
actividad económica del pueblo, el consumo, atraído la atención de múltiples
visitantes y turistas, le ha dado notoriedad mediática en los medios(esta vez
por motivos mas alegres totalmente ajenos a las rutinarias y cansinas luchas
tribales)al municipio y además nos ha permitido de nuevo a los vecinos
disfrutar conjuntamente de unas jornadas festivas, en las que hemos compartido el
festival con orgullo al sentirlo como algo propio. Luz estaría orgullosa, Miño debería
de estar orgulloso, e incluso el bueno de Facundo, estoy seguro que estaría super
orgulloso y feliz, quizás pensando joder, la que he “liao” con mis plumas y mis
parloteos, y es que sin querer y aun después de haberse marchado, aquel
entrañable loro ha sido capaz de volver
a ganarse el cariño de todo el pueblo, generando con su recuerdo una semilla o
espíritu de unión y amistad, de cuyo esfuerzo todos hemos disfrutado y que nos
ha unido un poco más a todos los vecinos, dejando tras de si una huella
imborrable que perdurará para futuras
ediciones y que todos deberíamos de
cuidar, porque de ello dependerá que se
mantenga ese noble espíritu y que no se
vuelva a dejar diluir en el tiempo.
Gracias Fácu por regalarnos esta sana lección
de amistad.